jueves, 26 de septiembre de 2013

Booz dormido- Víctor Hugo

Booz se había acostado, rendido de fatiga;
Todo el día había trabajado sus tierras
y luego preparado su lecho en el lugar de siempre;
Booz dormía junto a los celemines llenos de trigo.

Ese anciano poseía campos de trigo y de cebada;
Y, aunque rico, era justo;
No había lodo en el agua de su molino;
Ni infierno en el fuego de su fragua.

Su barba era plateada como arroyo de abril.
Su gavilla no era avara ni tenía odio;

Cuando veía pasar alguna pobre espigadora:
"Dejar caer a propósito espigas" -decía.

Caminaba puro ese hombre, lejos de los senderos desviados,
vestido de cándida probidad y lino blanco;
Y, siempre sus sacos de grano, como fuentes públicas,
del lado de los pobres se derramaban.

Booz era buen amo y fiel pariente;
aunque ahorrador, era generoso;
las mujeres le miraban más que a un joven,
pues el joven es hermoso, pero el anciano es grande.

El anciano que vuelve hacia la fuente primera,
entra en los días eternos y sale de los días cambiantes;
se ve llama en los ojos de los jóvenes,
pero en el ojo del anciano se ve luz.

2
Así pues Booz en la noche, dormía entre los suyos.
Cerca de las hacinas que se hubiesen tomado por ruinas,
los segadores acostados formaban grupos oscuros:
Y esto ocurría en tiempos muy antiguos.

Las tribus de Israel tenían por jefe un juez;
la tierra donde el hombre erraba bajo la tienda, inquieto
por las huellas de los pies del gigante que veía,
estaba mojada aún y blanda del diluvio.

3
Así como dormía Jacob, como dormía Judith,
Booz con los ojos cerrados, yacía bajo la enramada;
entonces, habiéndose entreabierto la puerta del cielo
por encima de su cabeza, fue bajando un sueño.

Y ese sueño era tal que Booz vio un roble
que, salido de su vientre, iba hasta el cielo azul;
una raza trepaba como una larga cadena;
Un rey cantaba abajo, arriba moría un dios.

Y Booz murmuraba con la voz del alma:
"¿Cómo podría ser que eso viniese de mí?
la cifra de mis años ha pasado los ochenta,
y no tengo hijos y ya no tengo mujer.

Hace ya mucho que aquella con quien dormía,
¡Oh Señor! dejó mi lecho por el vuestro;
Y estamos todavía tan mezclados el uno al otro,
ella semi viva, semi muerto yo.

Nacería de mí una raza ¿cómo creerlo?
¿Cómo podría ser que tenga hijos?
Cuando de joven se tienen mañanas triunfantes,
el día sale de la noche como de una victoria;

Pero de viejo, uno tiembla como el árbol en invierno;
viudo estoy, estoy solo, sobre mí cae la noche,
e inclino ¡oh Dios mío! mi alma hacia la tumba,
como un buey sediento inclina su cabeza hacia el agua".

Así hablaba Booz en el sueño y el éxtasis,
volviendo hacia Dios sus ojos anegados por el sueño;
el cedro no siente una rosa en su base,
y él no sentía una mujer a sus pies.

4
Mientras dormía, Ruth, una Moabita,
se había recostado a los pies de Booz, con el seno desnudo,
esperando no se sabe qué rayo desconocido
cuando viniera del despertar la súbita luz.

Booz no sabía que una mujer estaba ahí,
y Ruth no sabía lo que Dios quería de ella.

Un fresco perfume salía de los ramos de asfodelas;
los vientos de la noche flotaban sobre Galgalá.
La sombra era nupcial, augusta y solemne;
allí, tal vez, oscuramente, los ángeles volaban,
a veces, se veía pasar en la noche,
algo azul semejante a un ala.

La respiración de Booz durmiendo
se mezclaba con el ruido sordo de los arroyos sobre el musgo.
Era un mes en que la naturaleza es dulce,
y hay lirios en la cima de las colinas.

Ruth soñaba y Booz dormía; la hierba era negra;
Los cencerros del ganado palpitaban vagamente;
Una inmensa bondad caía del firmamento;
Era la hora tranquila en que los leones van a beber.

Todo reposaba en Ur y en Jerimadet;
Los astros esmaltaban el cielo profundo y sombrío;
El cuarto creciente fino y claro entre esas flores de la sombra
brillaba en Occidente, y Ruth se preguntaba,

inmóvil, entreabriendo los ojos bajo sus velos,
qué dios, qué segador del eterno verano,
había dejado caer negligentemente al irse
esa hoz de oro en los campos de estrellas.

martes, 24 de septiembre de 2013

Sobre el significante

"...se ve que, sin extender demasiado el alcance del significante interesado en la experiencia, o sea redoblando únicamente la especie nominal solo por la yuxtaposición de dos términos cuyo sentido complementario parece deber consolidarse por ella, se produce la sorpresa de una precipitación del sentido inesperada: en la imagen de las dos puertas gemelas que simbolizan, con el lugar excusado ofrecido al hombre occidental para satisfacer sus necesidades naturales fuera de su casa, el imperativo que parece compartir con la gran mayoría de las comunidades primitivas y que somete su vida pública a las leyes de la segregación urinaria." (Lacan, La instancia de la letra, p. 479)



Seminario

Les recordamos que hoy a las 19:30 hs en el aula 20 se estará dictando el seminario a cargo de Matías Fraternali y Mauro Pino. El tema será metáfora y metonimia. Los esperamos!

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Bibliografía complementaria


ALEGRE L., ANDRETTA, M.: (2013) Notas para la lectura del Estadio del espejo de J. Lacan. (Ficha de Cátedra).
CACCIARI A., DIMOV M., DOMÍNGUEZ M., KRAUSS S., PIOLETTI P. y MARTINEZ H.: (2004) Aportes para una clínica psicoanalítica con niños. (En: Revista “Perspectivas en Psicología”, Facultad de Psicología, UNMDP, año 1 Nº 1, 2004).
FOUCAULT Michel: (1968) ¿Qué es un autor? (En: Revista “Conjetural” Nº 4, Ediciones Sitio, Bs. As., 1984).
LÓPEZ Héctor: (2009) La “Instancia” de Lacan. (Eudem, Mar del Plata).
MANRTINEZ Horacio (Coordinador): (2011) La dirección de la cura en los textos freudianos (Eudem, Mar del Plata).
MASOTTA Oscar: (1976) Lecciones de Introducción al Psicoanálisis, volumen 1. Punto I. (Gedisa, Barcelona, 1982).
                                (1975) “Prólogo” (En: “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”, Seix Barral, Barcelona, 1975).
                                (1996) Lecciones de Psicoanálisis: Freud, Lacan. (Paidós, Bs. As., 1996).
MULDER Silvia : (2012) Lévi – Strauss  ◊ Lacan Genealogía del registro simbólico. (Eudem, Mar del Plata).